Estrada Alarcón Lizett, López Pérez Aldo y Ortega Córdoba Mónica
Yareli.
INTRODUCCIÓN
La presente investigación surge a partir de la necesidad de comprender
el impacto psicológico en la población derivado de la pandemia generada por el
virus SARS-CoV-2 encontrado inicialmente en China en el año 2019, la cual se ha
expandido por todo el mundo, llegando a México en marzo del 2020.
El impacto en la vida cotidiana de las personas puede ser visto como un
factor estresor. Entre las medidas implementadas en nuestro país para tratar de
frenar la cadena de contagios ha causado una serie de eventos que afectaron a
cada hogar en nuestro país.
El desempleo derivado de las medidas impuestas por el gobierno para
evitar la propagación del virus desestabilizó el equilibrio psicoemocional de
las personas, si bien unas dejaron sus actividades laborales por un periodo breve
otras más tuvieron que hacerlo de manera permanente.
Para comprender de mejor manera la dimensión del impacto negativo a
nivel psicoemocional se realizará el estudio en dos estados de la República
Mexicana: Quintana Roo y Estado de México considerando si las variables son
modificadas debido al contexto ya que un estado su actividad laboral está
sustentada en el turismo y el otro estado no.
El estrés es una condición natural que todo en la cual el ser humano
está inmerso día a día por diferentes circunstancias, sin embargo, la pandemia
rebasa por mucho cualquier aspecto nunca antes visto ya que implica el
aislamiento social, la disminución de la economía y el miedo a ser contagiado
considerando que los síntomas son graves los cuales pueden ser determinantes
para perder la vida.
El hecho de encontrarse desempleado genera incertidumbre y estrés,
sumado a las pocas posibilidades de adquirir un empleo nuevo o de acudir a las
redes de apoyo.
Antecedentes
El 11 de marzo de 2020 la
Organización Mundial de la Salud declaró que el brote de COVID-19, enfermedad
causada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, se consideraba oficialmente una
pandemia global. Esta declaración, acompañada de las medidas de protección que
se ejecutaron en cada país, generaron cambios en la vida de millones de
personas y originaron un ambiente global de incertidumbre (Holmes et al.,
2020).
Esta
situación generó cambios radicales en México debido a que no existía precedente
alguno que preparara para hacer frente a esta situación.
La pandemia
integra una serie de situaciones que ponen en riesgo la salud mental de la
población: cuarentenas de larga duración impuestas por las autoridades, miedo a
infectarse, frustración, aburrimiento, falta de suministros, información
inadecuada, abundante y alarmista, pérdidas financieras, percepción de amenaza
social y estigma asociado a la enfermedad (Bao et al., 2020).
Dentro del
ámbito de la psicología se considera importante conocer el estado
psicoemocional de la población afectada tras meses en emergencia sanitaria, es
importante conocer los niveles de estrés para identificar los efectos en la
salud mental.
Por ello, dentro de la comunidad científica se ha establecido la
importancia de estudiar la Salud Mental de la población general y de grupos
vulnerables en relación con esta crisis sanitaria (Holmes et al., 2020).
El impacto negativo de esta enfermedad ha dejado
en evidencia la fragilidad de las estructuras socioeconómicas, lo que ha
llevado a cambiar completamente el estilo de vida cotidiano.
En el diario oficial de la federación (2020) declara emergencia sanitaria por causa de
fuerza mayor, a la epidemia de enfermedad generada por el virus SARS -
COVID-19” el 30 de marzo. En este se ordena la suspensión inmediata, de de
las actividades no esenciales, con la finalidad de mitigar la dispersión y
transmisión del virus SARS-COVID - 19 en la comunidad, para disminuir la carga
de enfermedad, sus complicaciones y la muerte por COVID-19 en la población
residente en el territorio nacional
Da a conocer los empleos que se tendrían que
evitar durante el primer periodo de la pandemia (semáforo rojo en el país) por
lo que muchas personas en edad laboral no pudieron buscar trabajo podemos
observar una salida de la actividad y una transición hacia la inactividad en este
documento dan las indicaciones sobre los empleos que pueden seguir trabajando
bajo ciertas medidas y debido a la
situación del país y su condición laboral muestra las carencias sobre la
protección de la población trabajadora y su familia.
Se
implementaron medidas como el usó de cubrebocas, sana distancia y aislamiento
en caso de presentar síntomas; pero también se aplicó el cierre de actividades
no indispensables, las denominadas actividades no esenciales (Secretaría de
Gobernación, 2020).
Este cierre
obligó a miles de personas a dejar sus trabajos generando una recesión
económica que impactó en la economía de cada familia. Si bien algunos
suspendieron solo de manera temporal sus actividades muchos más perdieron su
trabajo de manera definitiva generando situaciones estresantes.
Esta
situación pone a reflexionar el impacto emocional al que se han visto sometidas
las familias afectadas, las cuales han tenido que enfrentarse al desempleo en
tiempos de COVID 19, situación estresante a la que han tenido que hacer
frente por un largo tiempo, esto generó
un desequilibrio emocional y psíquico que bien vale la pena analizar, conocer
como está afectando psicologicamente a las personas a más de año y medio de
emergencia sanitaria, ¿cuáles son sus niveles de estrés? y ¿qué daños puede
presentarse en el futuro?
Estrés y su relación con la pandemia de
Covid-19
La pandemia por COVID-19 fue causada por el
virus SARS-Cov-2 el cual provoca afectaciones en las vías respiratorias y casos
graves por inflamación con letalidad del 7%. El virus se originó en China de
2019 y su alcance provocó “emergencia de salud pública de alcance
internacional”. Para el cierre del mes de agosto se tenían confirmados
3,352,410 casos confirmados y 259,326 fallecimientos (SSA, 2021) inicialmente los
mayores factores de riesgo se registraron en personas mayores de 60 años.
Con respecto a las implicaciones en salud y
socio-económicas del COVID-19 debido al impacto que supone una pandemia de tal
magnitud, para las economías emergentes como la de México el manejo de los
recursos de salud contra la curva de frecuencia de casos rebasa los costos
presupuestales y con ello la escasez en medicamentos, infraestructura y
equipos. El pronóstico es el alza en la inflación, decremento en el Producto
Interno Bruto (PIB) y el decremento en la economía. A lo cual la Organización
para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) menciona que además de las
afectaciones de salud, la economía se vería mayormente afectada.
Con respecto a las dificultades de desempleo
ante la pandemia por COVID-19 y como resultado de los factores económicos, la
gente en México ha tenido diferentes consecuencias ante esta situación. Esto ha llevado a la población a
experimentar un cambio abrupto en su estabilidad emocional y ha empujado a gran
parte de la población a pasar largos periodos en estados altos de estrés.
El estrés no es algo nuevo para el ser humano,
no es algo que surgió en los últimos años, es parte de uno de los instintos más
primitivos del ser humano (Barraza, 2020).
El estrés es un proceso cognoscitivo que surge
como respuesta a un estímulo externo que pone en un estado de alerta. Este se
construye en tres momentos: percepción del peligro y amenaza, reacción a esta
alarma y acción de respuesta. Estas fases tienen un objetivo sumamente
importante, preparan al individuo para tomar acciones para su sobrevivencia,
para conservar su integridad personal (Gomez, 2005).
El estrés es resultado de un estímulo exterior,
a este tipo de estímulos se les conoce como estresores. Estos se clasifican en
trece criterios: momento
de actuar, periodo actual, repetición de tema traumática, cantidad en que se presenta, intensidad del
impacto, la naturaleza del agente, magnitud social, el tema traumático, la realidad del estímulo,
localización de la demanda, su relación
intrapsíquicas y fórmula diátesis/ estrés (Orlandini, 2012).
Los agentes estresantes varían según el momento
en que actúan, entre estos se consideran tres tipos: remotos, recientes y
futuros. Los remotos surgen durante la niñez o adolescencia, su impacto psico
traumático puede verse reflejado de manera inmediata provocando enfermedades
psíquicas, pero también se pueden ver años después en forma de sensibilidad o
vulnerabilidad en la adultez. El estrés reciente actúa en un periodo máximo de
dos años y los estresores actuales suceden en tiempo presente y generarán
psicodramas futuros; De acuerdo al tiempo que duran los estresores se
clasifican en muy breves, breves, prolongados y crónicos. Los breves duran
horas o días, los prolongados duran meses y los crónicos duran años (Orlandini,
2012)
Cuando un individuo se ve sometido a estresores
múltiples se puede generar consecuencias, en el tema del desempleo por COVID 19
las noticias del surgimiento de una nueva enfermedad (primer estresor), imposición
de nuevas medidas de autocuidados (segundo estresor), el cierre de actividades
económicas (tercer estresor), pérdida de comodidades y estabilidad económica
(cuarto estresor), adaptación a la nueva realidad (quinto estresor)…son un
claro ejemplo de la formación de una cadena de estímulos estresantes.
En la pandemia debido a todas sus vertientes
tanto en la salud (enfermedad y/o muerte), en la economía (desempleo,
desabasto, etc) y en lo emocional (aislamiento, incertidumbre, etc.) son
factores que generan un estrés global como nunca antes visto.
Las situaciones que generan estrés no se pueden
controlar o evitar Algunos lo maneja empleando niveles de estrés aceptables,
los cuales solo están activos por poco tiempo y no provocan daños a largo
plazo, pero cuando las personas se ven expuestos a situaciones extraordinarias
como las actuales el nivel de estrés puede aumentar y mantenerse por períodos
mucho más extensos, lo que a la larga puede generar daños físicos y
psicológicos en las personas.
Cada persona reacciona al estrés de distinta
manera, esto debido a que cada persona percibe de distinta manera la situación
estresante y regula su respuesta a este con base a su valoración cognitiva
acerca de la demanda o exigencia del factor detonante (Barraza, 2020).
El estrés es un problema de salud que causa desequilibrio en las personas y tiene consecuencias fisiológicas, psicológicas y sociales. De acuerdo a López et al. (2014) la Organización Mundial de Salud considera importante la actuación sobre las estrategias para detectar los factores detonadores del estrés previniendo este desequilibrio y promoviendo la salud. El estudio de este problema ha llevado a la investigación desde diferentes enfoques como el de salud considerando que, el estrés es una respuesta del organismo y un proceso transaccional determinado por un estímulo y una situación estresante que dificultan la adaptación de las personas.
Por lo que, el estrés se ve intensificado dependiendo de la novedad de la situación, falta de información, predictibilidad, ambigüedad de la situación, incertidumbre, inminencia de la situación y duración.
Se clasifica en: estrés agudo (es percibido por la mente y hace reaccionar al cuerpo durante una experiencia de peligro inminente), estrés crónico (surge de la acumulación de situaciones estresantes afectando la cognición, la emoción y el aspecto físico), estrés anticipatorio (se manifiesta en predisposición del estrés agudo y crónico), (Ávila, 2014)
Los estresores psicosociales se pueden
clasificar en dos tipos: microsociales y macrosociales. Los primeros actúan
sobre una gran cantidad de personas y los segundos sólo afectan a pocas
personas. En el caso del desempleo masivo derivado de la crisis del COVID 19
podemos decir que está en categoría macrosocial (Orlandini, 2012).
El desempleo es la pérdida de
un trabajo y sus beneficios económicos necesarios para cubrir las necesidades
básicas personales y familiares. genera consecuencias negativas en el
bienestar, entre estas se encuentra la pérdida de un ambiente seguro,
sentimientos negativos, deterioro psicológico, daño en las relaciones sociales
y falta disposición de recursos económicos.
Generando un aumento de
estrés el cual es un
problema de salud. Moscoso (2009), menciona que los aspectos
psicológicos y biológicos del estrés se encuentran íntimamente relacionados.
Esta posición teórica ofrece nuevas connotaciones al estrés, se plantea este término como reacciones presentadas en tres bloques: fisiológicos, emocionales y cognitivos (García & Begoña, 2016).
Las cuales se dará la
clasificación de cada una a) Fisiológicas, comprenden las respuestas
neuroendocrinas y las asociadas al sistema nervioso autónomo (Aumento de la
presión sanguínea, de la tasa cardiaca, de la actividad estomacal e intestinal,
dolor de cabeza, entre otras). El efecto de esta respuesta sobre la salud puede
ser fatal, deteriora el sistema inmunológico lo que podría causarnos
enfermedades. b) Emocionales: abarcan las sensaciones subjetivas de malestar
emocional (Temor, el miedo, ansiedad, la excitación, la cólera, la depresión,
pérdida de la autoestima, incompetencia).
Los problemas de salud mental
son generados o exacerbados ante la exposición de eventos estresantes. c)
Cognitivas: según (Cassaretto, Chau, Oblitas, & Valdéz, 2003) existen tres tipos
de respuestas cognitivas de estrés principales: la preocupación, la pérdida de
control y la negación (Puede aparecer disminución de la concentración, de la
atención, pérdida de memoria, entre otros).
Investigaciones previas.
La Organización Internacional del trabajo (OIT,
2020) realizó una investigación sobre: “México y la crisis de la COVID-19 en el
mundo del trabajo: respuestas y desafíos”, en el documento se realiza una
investigación del impacto del trabajo tomando en cuenta 6 años previos comprado
con la situación que surgió de la pandemia por el COVID19, mostrando un impacto
a grandes escalas en diferentes esquemas sin comparación a otro contexto
histórico.
El
desempleo en el Ecuador: causas y consecuencias. Es una investigación que resalta los efectos
psicosociales derivados del desempleo en Latinoamérica enfocándose en la
población de Ecuador. Se aplicó una metodología descriptiva y documental, por
medio del uso de fuentes bibliográficas se pudo exponer las variaciones y
niveles del desempleo ya que en el 2020 fue el mayor índice de impacto en el
desempleo por la pandemia del coronavirus (Bustamante et al, 2020).
En la segunda investigación con el nombre de Evaluación del Estrés frente a la Pandemia
del COVID-19 en población mexicana Proyecto Internacional COVIDiSTRESS. Se
basa en un reporte descriptivo colaborativo entre varias instituciones y su
objetivo es la difusión descriptiva de los resultados muestra para así conocer
un primer panorama del nivel de estrés percibido en la población mexicana a
consecuencia de la pandemia por Covid-19
Por otra parte, en este reporte se
incluyen resultados descriptivos (Figura1 y 2), como datos demográficos de la
muestra, situación de aislamiento, nivel de estrés percibido, por sexo, edad, y
condición de aislamiento, etc. Se llevó a cabo por medio de una encuesta
digital en la cual los sujetos respondieron de una forma anónima, los
participantes fueron elegidos de la Ciudad de México, Veracruz, Jalisco y Nuevo
León. Con un total de 1715 hombres, 4643 mujeres (Figura 3 y 4), (Pérez-Gay et
al, 2020).
Figura 1. Descripción demográfica.
Figura 1. En el gráfico muestra la participación que se concentró en los
estados de Ciudad de México (n = 1739), Veracruz (n = 1349), Estado de México
(n = 606), Jalisco (n = 345) y Nuevo León (n = 243). Estos cinco estados
acumulan el 66.65% de la participación. Se obtuvieron respuestas en todos los
estados del país. Pérez-Gay, et al. (2020). Evaluación del Estrés frente a la
Pandemia del COVID-19 en población mexicana Proyecto Internacional
COVIDiSTRESS. McGill University
Figura 2. Situación
laboral y educativa de los participantes.
Figura 2. El gráfico muestra que en cuanto a
escolaridad, la mayoría de las y los participantes cuentan con licenciatura y
posgrado. En términos de situación laboral, la mayoría de las participantes en
la encuesta contaban con empleos de tiempo completo o eran empleados por cuenta
propia al momento de responder. Pérez-Gay, et al. (2020). Evaluación del Estrés
frente a la Pandemia del COVID-19 en población mexicana Proyecto Internacional
COVIDiSTRESS. McGill University.
Figura 3. Fuentes de estrés durante la
contingencia.
Figura 3. En el
gráfico se observan las principales
fuentes de preocupación durante la contingencia, y su impacto sobre el
estrés percibido. Pérez-Gay, et al. (2020). Evaluación del Estrés frente a la
Pandemia del COVID-19 en población mexicana Proyecto Internacional
COVIDiSTRESS. McGill University.
Figura 4. Participación en la encuesta CovidStress por edad y sexo.
Participantes
Figura 4. Observamos en el
gráfico que el 1% de participantes no se identifican de forma binaria, o no
respondieron el cuestionamiento de edad.Pérez-Gay, et al. (2020). Evaluación
del Estrés frente a la Pandemia del COVID-19 en población mexicana Proyecto
Internacional COVIDiSTRESS. McGill
University.
Investigaciones
previas realizadas en la Comunidad Autónoma Vasca, sobre los niveles de estrés,
ansiedad y depresión derivados del COVID19.
Durante la primera fase del brote del COVID-19
se realizó una muestra recogida en el norte de España realizada por Ozamiz-Etxebarria et al. (2020) se contextualiza en la comunidad autónoma Vasca
(situada al norte de España). En la cual se analizaron los niveles de estrés,
ansiedad y depresión derivadas por la llegada del virus, de igual manera, se
estudiaron los niveles de sintomatología psicológica según edad, cronicidad y
confinamiento (Figura 5, 6 y 7). El estudio
es exploratorio-descriptivo de tipo transversal. Las técnicas empleadas para la
recogida de la muestra se realizaron mediante un cuestionario Google Forms.
Por otra parte, Ozamiz-Etxebarria (2020)
menciona que recogió una muestra de 976 personas, la medición de las variables
ansiedad, estrés y depresión se realizó mediante la escala DASS (Escala de
Depresión, Ansiedad y Estrés).
Figura 5. Frecuencias y porcentajes del factor depresión en
función de su categorización.
Figura
5. En la tabla se
muestran las frecuencias y porcentajes de la depresión de este estudio
estratificado, en función de las variables sociodemográficas. Ozamiz-Etxebarria,
N. Dosil-Santamaria, M. Picaza-Gorrochategui, M. & Idoiaga-Mondragon, N.
(2020). Niveles de estrés, ansiedad y depresión en la primera fase del brote
del COVID-19 en una muestra recogida en el norte de España. Cadernos de Saúde Pública, 36(4).
Figura 6.
Frecuencias y porcentajes del
factor ansiedad en función de su categorización.
Figura 6. En la tabla se muestran las frecuencias y porcentajes de
la ansiedad estratificados, en función de las variables sociodemográficas. Ozamiz-Etxebarria,
N. Dosil-Santamaria, M. Picaza-Gorrochategui, M. & Idoiaga-Mondragon, N.
(2020). Niveles de estrés, ansiedad y depresión en la primera fase del brote
del COVID-19 en una muestra recogida en el norte de España. Cadernos de Saúde Pública, 36(4).
Figura
7. Frecuencias y porcentajes del factor estrés en función de su categorización.
Figura 7. En la tabla se muestran las frecuencias y porcentajes del estrés estratificado, en función de las variables sociodemográficas. Ozamiz-Etxebarria, N. Dosil-Santamaria, M. Picaza-Gorrochategui, M. & Idoiaga-Mondragon, N. (2020). Niveles de estrés, ansiedad y depresión en la primera fase del brote del COVID-19 en una muestra recogida en el norte de España. Cadernos de Saúde Pública, 36(4).
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